Comencemos por definir qué es la negociación y cuáles son sus fines.

La negociación es el proceso de comunicarse con otro(s) para llegar a un acuerdo o, incluso, para resolver conflictos entre dos o más partes.
Ahora bien, la psicología de la negociación estudia el comportamiento humano en las negociaciones (valga la redundancia) y se ocupa de cómo piensan y se comportan las personas durante dichos procesos.
Las emociones y creencias forman parte de todo esto, pues estas pueden ser utilizadas como herramienta para ayudar a conseguir tus objetivos, siempre y cuando los sepas manejar a tu favor. Aquí te damos 3 consejos que te harán sacar el mayor provecho y resultar exitoso.
1. Cambio interno
Es indispensable trabajar en uno mismo, en tu confianza, tu dinamismo, tu concentración y tu constancia. Claro que cada negociación es distinta, pero debes mentalizarte y averiguar un poco, o más bien un mucho, acerca de tu negociante.
2. Mente abierta
La negociación es un gran reto, donde una mala actitud puede resultar en catástrofe. Debemos tener la disposición de buscar una solución benéfica para ambas partes.
3. Piensa en el otro
Cuando negociamos, hay que entender que es una comunicación con otro ser humano, es decir, una persona que también siente, piensa, tiene emociones y sus propios intereses. Solo tomando en cuenta esto, podremos lograr nuestros objetivos y llegar al mejor acuerdo.
Siempre es mejor conocer a tu oponente antes de empezar a negociar. ¿Cuáles son sus necesidades, deseos y valores? Saber esto lo ayudará a decidir a qué estarían dispuestos a renunciar en el proceso de negociación.
Ahora evalúa cada uno de tus comportamientos, ¿eres un buen negociante?