La ley fundamental de Murphy nos dice que, si algo tiene la posibilidad de salir mal, indudablemente saldrá mal. ¡Pero espera! Esto solo es una manera de tomar con humor los sucesos desafortunados o accidentes que solemos vivir a diario. En este espacio, hablaremos específicamente de lo que ocurre en el mundo tecnológico.

Los seres humanos que interactuamos con la tecnología solemos frustrarnos por una infinidad de escenarios a los que nos llegamos a enfrentar, unos tienen que ver con la función del equipo o del sistema; y otros se relacionan con errores de terceros; sin embargo, la o, más bien, las Leyes de Murphy son una buena manera de anticipar los problemas tecnológicos potenciales.
1. Si tu proyecto se financió con parte de una contribución, esta tardará en llegar o nunca llegará.
La necesidad de un subsidio para poner en marcha un proyecto TIC será inversamente proporcional a la tardanza en aceptarla y recibirla.
2. Cualquier plazo de finalización impuesto como condición en el proyecto será superado con creces.
La falta de recursos humanos y/o económicos podrían frenar el proceso de implantación, porque, lo sabemos, la falta de información, dedicación, supervisión, cambios, etc., suelen ser un motivo por lo que el proyecto podría alargarse.
3. A mayor inversión realizada en el ERP*, mayor percepción de obsolescencia.
En ocasiones, no se deja de invertir en un software; sin embargo, el alcance de este no es global para toda la empresa y existen procedimientos que se realizan de manera externa.
4. No importa el presupuesto que tengas previsto. Como mínimo, lo duplicarás.
Muchos costes no son previstos en la implantación del proyecto y terminan apareciendo tarde o temprano.
5. Siempre existirán usuarios que se resistan al cambio.
Incapacidad para liderar un proyecto y transmitirlo al resto de los colaboradores, tensiones internas, exclusiones del proyecto al personal involucrado y temores infundados.
6. La valoración de varias alternativas conducirá inevitablemente a optar por la equivocada.
Esto se resume en que siempre pensaremos que cualquier opción desechada hubiera sido mejor.
7. La estimación de mantenimiento para el software siempre será superado al menos 3 veces.
Desde el inicio del proyecto, se deberá hablar, concretar y firmar el mantenimiento del software. No se puede dejar pasar.
8. El número de incidencias con un usuario es inversamente proporcional a su descontento con el proyecto.
Los errores tendrán un efecto potencial y la propagación de estos tendrá consecuencias que retroalimentarán más todavía tu desconfianza y rechazo por el proyecto.
9. Cualquier grado de seguridad impuesto será vulnerado a la primera.
Basta con dejar que el cliente imponga perfiles y niveles de seguridad para que haya accesos no autorizados.
10. A mayor diferencia tecnológica con clientes y proveedores, mayor necesidad de integración con ellos.
Compartir información entre los sistemas es habitual, pero cuanto mayor sea la diferencia entre estos, se hará más necesaria y exigible la adaptación con nuestro cliente o proveedor.
11. A mayor violación de las obligaciones legales, mayor necesidad de aparentar legalidad.
La necesidad de ocultación de información y la seguridad de los datos ante una posible inspección exige cada vez mayor audacia.
12. A la creencia de menor necesidad del cambio tecnológico, mayor es esta.
“Mi sistema actual lo hace todo, todo está informatizado”. A las primeras preguntas intencionadas, el software pasa de hacerlo todo a no hacer nada.
Si bien, estas leyes no tienen un carácter científico y se basan más en la percepción que tenemos de los efectos negativos que de los positivos, pueden aplicarse a cualquier proyecto TIC e, incluso, a la vida.
*ERP: Enterprise Resource Planning es un tipo de software que las organizaciones utilizan para gestionar las actividades empresariales diarias.